...........................Siente el Darking, descúbrelo, súfrelo y vívelo...........................

viernes, 3 de mayo de 2013

Mala bestia



- Tomás, Tomás, despierta hijo, ¡despierta!

No tengas miedo pequeño, todo ha sido una pesadilla horrible, es el problema que tenéis los niños... 8 años y os creéis que ya lo sabéis todo sobre el mundo... y esto es lo que ocurre... el mundo se os come como si fuerais pipas... no abras los ojos, aún no, tengo una importante misión, tienes que aprender una gran lección, debes aprender de tus errores y éste, mi niño, ha sido uno de los gordos.

¿Recuerdas cómo sucedió? No deberías olvidarlo jamás y aunque ahora no lo comprendas, lo que no te mata, te hace más fuerte. Debes recordar y te ayudaré. Yo lo vi todo, todavía puedo verlo si lo intento. No se puede salir por ahí solo y mucho menos adentrarse en el bosque. Seguro que tus padres te insistían constantemente, pero mi niño, qué difícil es hacer caso de los mayores, ¿verdad? Ahora ya lo sabes. Los perros no son siempre el mejor amigo del hombre. En el bosque estás fuera de tu ambiente y no dejas de ser un bocado exquisito y fácil de apresar. ¿Recuerdas el viento frío en tu rostro justo antes de oír el gruñido? Esa fue la primera señal, debes aprender a interpretarlas pequeño. Para eso existimos nosotros, para avisaros de cuando el peligro es inminente. Intenté avisarte, de verdad que sí. Igual que lo hago ahora, quería cuidarte y protegerte, pero debes poner de tu parte Tomás. No siempre podré estar aquí, en tu mente para avisarte, sois demasiados niños a los que proteger... y sois muy estúpidos, tranquilo, es cosa de la edad, en la mayoría de los casos. Aquella fiera se dio un buen festín a tu costa...cuando despiertes lo verás. Pero no debes asustarte o deprimirte; piensa que eres de los pocos que sufre un ataque así y vive para contarlo. Las cicatrices te ayudarán a recordar. No eres el primer muchacho atacado en la zona. Te di más avisos, ¿recuerdas? Un haz de luz iluminó el camino que debías seguir para escapar ¿recuerdas la luz? Debiste seguirla en lugar de adentrarte en la oscuridad. Tus ojos no ven en la oscuridad, pero él es capaz de olerte hasta el fin de tus días. Debes estar preparado, volverá a atacar, es una mala bestia... lleva años acechando a niños como tú... deberíais ser capaces de encontrar la parte real de las leyendas... no es un hombre-lobo, no es un monstruo, son los perros que ahogáis cuando viene la época de parir de las perras, los perros que desecháis porque tenéis demasiados, la naturaleza es sabia y el ojo por ojo es la única ley. Tú, Tomás, mi niño, serás el encargado de hacer llegar mi legado, mi sabiduría al pueblo, no puedes permitir que eso ocurra más veces, todas las criaturas que llegan a este mundo merecen una vida digna, pese a quien le pese.

Irá a por ti, te perseguirá, ha probado tu sangre, tu carne y tu miedo, de eso se alimenta y hasta que no acabe contigo no parará. Te acechará sin descanso, te ganará por agotamiento. Es astuto y está resentido. Hay mucho odio en esas heridas, no parece que quisiera matarte realmente, se ha preocupado de dejar su huella en ti, sus dentadas y zarpazos.  No se  conformará con un ojo y una pierna ¿te das cuenta, verdad? Su odio y dolor son el fruto de las humillaciones a qué les habéis sometido durante generaciones. “El mejor amigo del hombre” les llamáis, sin embargo les maltratáis y abandonáis a la primera de cambio. Hoy te ha tocado a ti, Tomás, pero no eres el primero ni serás el último en sentir esas fauces agarrando con fuerza y sin intención de soltar. Te has convertido en su presa, pero para vencerle deberás ser el depredador. No te mató, pero no fue por falta de ganas. Te encontraron justo a tiempo gracias a que tu ojo llegó rodando a los pies de tu madre que gritaba tu nombre con desesperación; él ya estaba sobre ti. Se relamía mientras arrancaba tu pierna a la altura de la rodilla, podían ver el hueso, que imagen más bizarra pequeño... menos mal que ya habías perdido la consciencia, es algo que jamás deberíamos ver.

Tienes que crecer Tomás... aplícate el cuento que tanto les recriminas a tus padres... ya no eres un niño, tienes razón, 8 años son suficientes como para no volver a tropezar en la misma piedra. Y recuerda que jamás, jamás, habrá acción sin reacción.

jueves, 2 de mayo de 2013

Contaba 27 años el día del principio del fin

Eran las cuatro de la tarde, el sol estaba calentando más de lo normal, aún y así, tenía frío.  El mundo ha cambiado radicalmente, al menos aquí, en el hemisferio norte. Apenas hay comida y la gente empieza a perder la cabeza. Hace semanas que no veo a ningún niño, perro, gato, palomas... todo está desapareciendo  y la civilización, al menos lo que queda de ella, sólo es una utopía, quedamos unos pocos y no sé cuánto aguantaremos sin comida ni agua potable.  

Quién iba a decirme que aquél 15 de mayo de 2013 todo acabaría de una manera tan repentina. Explotaron no sé cuántos misiles, EEUU respondió, cómo no, y ahí empezó el principio del fin. Europa  se hundió sola. La economía no aguantó tanto ladrón y la gente terminó por sublevarse. Los gobiernos por su parte procuraron controlar las movilizaciones, pero... ¿quién puede controlar a millones de personas que no tienen nada que perder?

Ahora no queda nada que podamos reconocer como parte de una civilización; no somos más que pequeños grupos de primates venidos a menos y sin ningún tipo de contacto los unos con los otros, excepto para atacarnos. 
Todo fue demasiado rápido no dio tiempo a almacenar provisiones ni a huir a los pueblos deshabitados, pero eso no fue lo peor, lo peor fueron los niños, se les veía correr de un lado a otro, buscando a sus familiares, o a cualquiera que les hiciera caso, pero...  sólo lograron convertirse en carnaza. Eran (y siguen siendo) fáciles de apresar y, cuando el hambre se generaliza, los escrúpulos desaparecen. Yo tambien he comido alguno, debo reconocerlo, son fáciles de atraer, sólo hace falta una piedra de color chillón y decirle que tienes más caramelos como ese.
Hemos llegado a un extremo en que la única ley que existe es la del más fuerte, quién lo diría, Nietzsche tenía razón. Todavía los hay que se preocupan por mantener la especie y están todo el día intentando procrear (se han disparado los secuestros de las pocas niñas que quedan con vida) pero eso no es lo peor, los conocimientos médicos y sanitarios que teníamos empiezan a desaparecer de nuestra mente colectiva y la mayoría de partos que se dan acaban con dos muertos más.

Los que huyeron primero se han hecho dueños de los campos y de sus frutos, los que nos quedamos en la ciudad estamos condenados a vivir entre escombros e inmundicia. Condenados a matar para no morir y a comer cualquier cosa que se atreva a moverse delante de nuestras narices; recuerdo el olor de las gambas, aunque cada vez es menos claro... echo de menos comer de verdad, y eso con suerte... llevo días alimentándome de papel, en alguna ocasión leí que las cabras eran capaces de sobrevivir así... y ¿qué más puedo hacer?. Hago cosas que, tan solo diez años atrás, jamás habría creído posibles... he matado, he mutilado y he robado.

No lo he hecho pero debéis entender que las convenciones sociales ya ni me importan ni me preocupan, voy a presentarme, mi nombre es Pedro Romero, el día del principio del fin contaba con 27 años, aunque mi aspecto actual es mucho peor que el de alguien de 37 de por aquel entonces, y, en su momento, me dedicaba al periodismo, precisamente por eso creo que soy capaz de poder plasmar los pocos pensamientos lúcidos que me quedan.

Releo las pocas líneas que he escrito y debo hacer una aclaración. No me arrepiento de nada de lo que he hecho, todo, sin excepción, ha sido por sobrevivir, y en los tiempos que corren, eso, precisamente eso, es lo único que importa.